RETAZOS


Lengua Língua

En su húmeda euforia las lenguas
liben las vocales que acarician la rima
cuando cabalgan el romance del viejo,
sean las crines del caballo en su alianza
provocando al viento. En el fractal
de la excitación las lenguas
conjuguen las corrientes del río
que se necesitan en el requiebro a la orilla,
se busquen leña y fuego en el anhelo de
la llameante lumbre del hogar.
En su enriedo las lenguas 
conquisten el poema desejado©️®️

Papeles del Martes, n.º 70
Esther Ferreira  Leonís








En febrero
Me disfrazaría de viento
para conquistar corrientes
de río para abandonarme en el mar
de mar para suspirar con olas
de horizonte para no ahogarme
de hombre que llora desnudo para ser
comienzo.©️®️


Esther Ferreira  Leonís









Hoy
(Entre distancias un espacio)

Si te sientas a ver pasar el río 
hoy te puede arrastrar.
Primero atrever un ingenuo
cosquilleo en los pies luego
sentir su correr hacia la cintura y
esperar sus remolinos en los pechos
y ahogarse llegando a una orilla nueva.
Si te sientas a ver pasar el río 
cualquier otro día 
tus pies quedan
leves sobre
la tierra mansa.©️®️

Esther Ferreira  Leonís









Luna de almendro

Un pétalo desprendido 
quiere ser maternal luna
mecer con su luz la cuna
de aquel sueño perdido

porque es destello cedido
del sol. Susurrar luego una
almendra hija de la runa
del beso al cielo rendido. 
©️®️

Esther Ferreira y Leonís




































Y si hubiera nacido allí.
[Fuegos artificiales]

Párvulas olas de cava
estremecen las copas en la pasión
de su tintineo 
y la ilusión corre a la ventana
borracha de asombro
como la primera vez 
ondeando el estreno de año.
Los colores almibarados rompen la noche
¡oooh!
[descoyuntan los párpados
de aquellos otros]
el estruendo aviva el pálpito de los deseos
[remata injusto el resto de sus quebrantos].
Todos ríen
[yo siento el dolor de los misiles].©️®️


Esther Ferreira  Leonís





Dos mil veinticuatro

Quiero tejer como mis abuelas
la piel de la Culebra abandonada
para ser pago a la tierra que amamantaron.
Hago punto como mi madre lo entrañó 
en mi infancia para abrigarme
de las ausencias y volverlas abrazo
de memoria. Sea en mí punto 
seguido la promesa de la madeja estrenada 
que aguarda en el enredo de mis dedos 
la ilusión de otra piel. ©️®️


Esther Ferreira  Leonís





















 Cielo en resistencia 
 mar idealizado
 árbol revelado
 nada es apariencia. ©️®️

 Esther Ferreira Leonís















¿Quién sospecha hoy 
desde la ventana 
que se acerca el invierno?
Solo el calor de la fogueira
le delata.©️®️



Esther Ferreira  Leonís













Vuelva la luz

   Cerrados los paréntesis
   Que crezcan al alma
   Infinita la luz al cabo
   Sea siempre la esperanza 
   (Mensaje de rutina) 
   En alabanza la prefiero
   Cerrados los paréntesis 
            Luce la vida. ®️©️

Esther Ferreira Leonís






Papeles del Martes, número 69


“Yo no miro la piel sino lo que en la piel

es fuego y esperanza”.

Jorge Debravo


Piel

Esther Ferreira Leonís

La piel que trasluce los caminos de la sangre

y va plegando aceptada la indolencia de los siglos

es látigo cuando el escalofrío de la noche

me sorprende en el desierto.

Presiento aquella piel, negra

donde fosforecen las lágrimas de los esclavos

que labraron atávicos inciensos

conjurando mi vida al ritmo del adufe.

Voluble piel, la recuerdo

pellizcada por los abriles, tornasolada un lunes

al año en el reflejo de las aguas, destronada por breves

colores en la esquizofrenia de la noche:

estólido disimulo hasta desenvolver  

al pájaro solitario.

Vuelo entre los valles que el tiempo

escribe en mi tiempo, con serena alegría

porque es mi piel cortina abierta

al torrente de los ríos

que signarán mis valles.



La historia del lobo

Velo la historia del lobo...

que es bajo su galano pelaje 

la furia de la naturaleza 

bandera. Hinca los colmillos

cuando reclaman los rayos de la luna

herida su mirada.

Las manos secas matan

(la leyenda viva)

porque saldrá de nuevo el sol

y los hijos

despertarán al hambre.®️©️

Esther Ferreira Leonís




En tus umbrales

 

Entré y nada más 

cruzar tus umbrales

se partieron mis rodillas.

Lunes, martes y miércoles 

sin saber cuántos muertos más. 

Contadlos, uno a uno,

hasta que se deshilachen

nuestras médulas.

Jueves y viernes

la tierra agujereada.

Dos días más, 

solamente para el llanto.   ®️©️

🖤

Esther Ferreira Leonís


En tus umbrales

Ermita de Sta. María de la Vega en Toro

 









Busco al Hombre 

Qué cruz en mi frente si los padres
no tienen dedos para acariciar a sus hijos
qué cruz en mi boca si las madres
lloran las piedras desheredadas de las cumbres 
qué cruz... ¡en mi pecho!

A quién clamo por el triunfo del alma 
desnuda del hombre tierno
si cabalga entre el fuego retorcido
la verdad.

Busco al Hombre 
y con pies descalzos 
añoro, en el Camino,
el polvo que nos invoca.

®️©️

🖤

Esther Ferreira y Leonís





Lo siento

Cómo os va a gustar mi poesía
si pregunta por los escombros humanos que no huelen de cerca la angustia,
si llora las tripas de los niños
invisibles al hambre de la tierra con tantos dueños,
si muere lenta...
arrebatada por el frío de una bala en el alma
en el estremecimiento del cuerpo deshuesado.®️©️

🖤

Esther Ferreira y Leonís
















Llueve
como las risas lo aplazan todo
como la sangre repica en el alma.
Llueve 
       y me sumerjo en su coro.














Testigo

Huellas rápidas
no hay suelo de cemento
miradas al escape o pies
rotos de tacones altos
reflejos de suspiros en los cristales
aunque limpies las ventanas aún duelen.
Y la piedra de filigrana testigo
ires y venires
miradas y pies...
Al final de nuestro baile
queda la piedra
queda la filigrana.
®️©️

Esther Ferreira Leonís

Plaza Mayor de Salamanca 









Cabo de año
Las campanas galopan
en mi estómago 
regurgito todos mis muertos
para fecundar de nuevo la Culebra.
®️©️

Esther Ferreira Leonís









Confieso 
Si tu mirada me llama,
acepto.
Abre, que quiero entrar.®️©️

Esther Ferreira Leonís

Abre, que quiero entrar.








Devoción 

A lo lejos pasan.
Me abandona su música
alta y alegre. 
Bailan las risas al quite
de los pendones 
y entrevero tanto gozo
con la pena que asienta la tierra.
Será tras su paso el camino 
elevado en el brindis que anuncia 
nuestro encuentro, ahora pendiente.
 Abandono la pena. El recuerdo les sigue.
®️©️

     Esther Ferreira Leonís





Devoción 
Cristo de la Fraternidad Franciscana
Ricardo Flecha 



Implorando
Esta lluvia que no deja caricia...
solo la piedad de su deseo
espanta la nada. ®️©️

Esther Ferreira Leonís



Implorando






La noche para soñar

¿Y qué si veis la rosa negra?,
¿pues no florece su encanto
para ser lienzo de la luna? ®️©️

Esther Ferreira Leonís






Paraíso
En esta vida que se arrastra
y otras veces vuela radiante
en su misterio
solo siempre siento
que nunca me siento sola.®️©️

Esther Ferreira Leonís

               Resurrección II
                                                                                             Monasterio de Piedra, Nuévalos





Mi pastorcica alistana...

mi Anita...
mi lana y mi leche, 
caricia de regazo y jugo en su tararear
al alba, ya siempre en el alba...Ⓡ

Esther Ferreira Leonís 


            Pastora alistana, Ricardo Segundo (1976)






Papeles del Martes, número 68



“Sin embargo, no ceden ni se inclinan.

Se incorporan sin queja y se levantan”.

María Ángeles Pérez López

 

“Llevo el alma pegada a los cristales de mis ojos.

Con una sed de cielo renace mi sonrisa”.

Margarita Ferreras

 

El regreso del ángel

Dónde has dejado ángel tus alas

eclipsadas por los neones que disparan

a la oscuridad de la noche, no hay silencio.

Tus alas desbriznadas, como el azafrán desnudo

de su tintura, sangran la pérdida.

Ahora las luciérnagas vuelan eléctricas.

Se ha deshilachado tu caricia en el zarandeo

de otras ilusiones impacientes, rápidas, célebres

unánimes en el resplandor que se vacía de madrugada.

 

Déjamelas. Deja tus alas sobre la mesa

herencia de las comidas familiares que se alarga

hasta mí, junto al costurero

que preside su centro porque comparten

el tacto íntimo de encina amansada.

 

Zurciré tus alas con hilo de oro depurado

en las aguas claras del arroyo cuando

arrulla su curva bajo los riscos de la frontera.

Remendaré cada suspiro contenido para que

tu abrazo de merengue desemboque en su textura.

Liberaré los nudos que enredan tu luz en hatillo

como se deslía el olvido con una llamada.

 

Necesito llamarte y con tu nombre alto

enhebrar la aguja que fiel aguarda en el sueño

que sirve a mis puntadas valientes.

 

Y luego, extiende ángel soberanas tus alas

más allá de la confusión de los cuerpos

donde el cielo

se despeja

               y llévame con tu luz renacida

para que regrese también mi nombre.

 

 

 

Esther Ferreira Leonís











Ilusión de luz


No es la luz proyectada 

conclusión en mis pupilas

sino ráfaga para alcanzar

la chispa que la enciende.

Sea ilusión de tránsito

y aparte las alfombras 

aburridas de tantos pasos

con cuidado.®️

Esther Ferreira Leonís

















Tras la puerta la mirada

inquieta.Tras el ventanal, 

la niebla inquieta

la mirada.®️

Esther Ferreira Leonís





Trampantojo

Mordí una manzana pero no era una manzana. Crujió todo el palacio de Moctezuma porque la marquesa no estaba muerta y la iban a enterrar. Sus pilastras eran de pintura y apuntaban hacia el suelo, como chorretones de resignación, como el rímel de un hombre cuando llora porque no es un hombre.

Se derrumbó el sueño, retumbaron los ronquidos del mar y el aullar lejano de las sirenas -porque quieren bailar con tacones- precipitaron el alba. 

Corrí a la cocina a buscar una manzana y la devoré. Busqué en Street View el palacio: sigue orgulloso, en el candor de sus trampantojos. 

Vuelvo al sueño para acariciar a la mujer, -que ya no llore; bailar con las sirenas, en la sima de cualquier deseo; y llevar flores a la marquesa piadosa, -que volvió a resucitar. ®️

Esther Ferreira Leonís

Palacio de San Boal en Salamanca






Ciclo

Después  de la noche

clarea la mañana 

el pensamiento y

el rocío palpita sus brillos

en leve consuelo que rompe

la inercia

de nuestros avatares.


Después del día 

calla la noche

y en ese abismo

las pasiones rugen.®️


E. Ferreira Leonís










Después  de la noche

Clarea la mañana 

el pensamiento y

el rocío palpita sus brillos

en leve consuelo que rompe

la inercia

de nuestros avatares.®️



Esther Ferreira Leonís 







Después del día

Calla la noche

y en ese abismo

las pasiones rugen. ®️


Esther Ferreira Leonís 





Difuntos 

De quienes parte nuestro

respiro vital

para conocer adónde  ir

cómo  ir

               al fin

                       al morir y ser 

su reencuentro

                          en otros.®️


Esther Ferreira Leonís 




Salvavidas
Quiero todas las encrucijadas.
Acepto los surcos que indagan
en mi resistencia a la lluvia llanto
erosionando la llanura.
Todas las cruces, las busco
vacías
me anuncian la victoria
.®️


Esther Ferreira Leonís 






Dinastía

Busca la luz su reflejo
para ser tacto incorrupto
huyendo
en su lento morir. ®


Esther Ferreira Leonís 

30 St Mary Axe, Londres.








Después de la uva
Sangra la tierra ese sabor puro en la boca que reza horizontes lentos y los pies cansados amasan el orgullo de una herencia viva aún más allá.®

Esther Ferreira Leonís 


Racimos de Villalcampo, Zamora.








El porqué de los muertos

Quién mira a quién. 
Quién reclama su lugar.
Indago la luz de los muertos
en el sentido de los que viven.®️

Esther Ferreira Leonís 


Gigantes Asociación La Morana.
Plaza Mayor de Zamora. 






Llagas

Te desvaneces
como suspiro huidizo
y te necesito entera cruz
para sangrar mis llagas.®


Esther Ferreira Leonís















Tejas invencibles

Batallan las tejas por la verticalidad de la luz y, en el testimonio del silencio cerrado tras la puerta, una mirada es testigo de su conquista, en la vejez de tanta fachada...®


Esther Ferreira Leonís 





Promesa de lluvia 

Hoy el cielo ha encogido su azul y sorprende a la mañana con su negrura de promesa, porque es un gozo la lluvia que acompasa mis pensamientos. 
Me desato de la ventana y extiendo el brazo para que el agua me regale la vida.
Y si algún día no vuelve a llover...®


Esther Ferreira y Leonís







Figueruela de Abajo, Figueruelas, 
Portugal de ferreiros 

Negros los pulmones carbón de pena hincada
se asfixia la mirada se vende el paisaje 
a la amnesia. No olvidemos 
cariemos las huellas de nuestras raíces
resalvemos nuestras raíces. Tente nube
del olvido.
®


Esther Ferreira Leonís 












 





Guachisnai

Lenguas vivas, húmedas, ricas
crecen, envuelven, perduran
nos hacen precisos
nos deshacen hieráticos
para traducir todos los ecos
pendientes.
®


Esther Ferreira Leonís 



Sombra de verano

Transversal mi mirada desdeña el horizonte
atraída por la lanza de aquella sombra
para descubrir los colores imposibles del verano
que agosta la hierba.
®


Esther Ferreira Leonís 




Inmensidad 

A José Antonio Leonís Lozano
28 junio 2022

La mar en su inmensidad la vida
Se va de ilusión 
Llega humilde
Fresca memoria
Despierta los pies
Escalofrío que enciende la mirada
A lo lejos se esfuma el celaje
En la incógnita de su línea abismo
Donde es verdad
Toda su hondura...
®

Esther Ferreira Leonís 


Playa los Bateles en Conil de la Frontera





Buscan los ojos lejanos cruces y en esa aventura tu mirada es descanso. ®


Esther Ferreira Leonís 


                                      Puerto Santa María. Cádiz












Peña Mira

Mira la Peña la luz
más oscura.
Las raíces repican a muerto.
Quiero enjuagarlas de llanto,
que calmen su grito,
que florezcan en la alborada.
Repica el grito en las raíces.
Con él lloro.
®



Esther Ferreira Leonís 




11 de junio

La cosecha de cada día
me crece dentro. Humilde
espera la celebración última
del néctar. Mientras, no voy
muriendo. Crezco adentro. ®


Esther Ferreira Leonís 







Dos corazones

Rosas rojas en la cintura

sangran 

porque una mirada de carbón limpio  

se perdió en hilo voladero

de tu capa negra. 

El remolino de tus brazos

esculpe la voz que yo  beso

para respirarte hondo.


Mis dedos se pierden

en los rizos del jaleo amante

de la luna  lorquiana

cuando su luz se abandona en tu capote

blanco de consuelo.


Los santos bailan

en círculos imperfectos.


Rezo con el abanico todo el aire

que será mi aire

de noche amplia

en la última hora que nos

ampute.®



Esther Ferreira Leonís 





Ya estaba resignado mi lomo al peso de la adosada compañía de siempre, cuando un día otras manos acariciaron mi nombre repujado en oro.

Capítulo a capítulo supliqué eterna aquella mirada insaciable y, con cada página esperada el día siguiente, aposté por un futuro siempre abierto.

Volveré al estante del sueño en la letanía del  olvido, pero con la esperanza de una promesa que sentí en nuestra despedida: "te rescataré cada dieciocho de abril".®

 


Esther Ferreira Leonís 





Humildad

Me quedo

con el silencio.

Prefiero el silencio

que ahoga, en la soledad que trae,

todas las penas de otros dioses.

Pero me alegro en el brillo

lejano de las trompetas,

necesito su envoltura

para desnudarme después

traspasada

en silencio.®


Esther Ferreira Leonís 





La luna se ha destripado porque las brujas

necesitan su luz robada al sol para amamantar al diablo. Mueren las olas. Ya no quedan enamorados. El escarnio a la tierra de oro evapora la ceniza para ser el cielo de hormigón frígido,

llueven cuervos. Un loco vive solo, bajo el yugo de su hambre eterna dispara cerrando la mirada. Mueren los paisajes. Ya no queda primavera. ®

E. Ferreira Leonís


Campo de Ucrania. Fuente: agrodigital.com





POEMA

A Andrés Alén

 

De los cinco océanos

que navega tu nombre

la pe sacude y rompe

feroz mi dulce arcano

como látigo de seducción breve

         en el viento que siempre suspiraré.®

          E. Ferreira Leonís

Obra plástica Poemas 2 de Andrés Alén
para la revista Papeles del Martes número 66





Hechizo de tormenta


Enérgicas ramas varean la noche 

deshojado a su paso intermitente el silencio 

mientras la noria de la feria solfea su fiel mareo

vomitando la letanía de los cuerpos que huyen.


Tin, tin, tin,… El xilófono improvisado del balcón

escancia la banda sonora de la madrugada despierta.


Huérfano el sueño se escurre entre la lluvia

para deletrear aquellas historias monosílabas

almidonadas a la velocidad de la carcajada hueca

en un brindis de compás profano

que desmaquilla el pestañeo dulce de la luna.


Me descarno de la colcha tejida con aseo y pan 

burlando al techo que espera mi renuncia 

porque vuelo con la última luz en eterno abrazo

como la noria de la feria

libre de aquellos relatos mendigos de alquiler.®

Esther Ferreira Leonís












En los vaivenes del barrio de los mares el afilador colorea la mañana y "la Ricarda" reina en su puerta, sacudiendo la voz para destronar el jolgorio de los otros niños.  La inocencia se  asila en el regazo de mi abuela, cautiva de su historia amasada con la sonrisa más dulce, saboreando eternas el sol de nuestro otoño, en la terraza de un domingo .®

E. Ferreira Leonís




Quiero velar la silueta

de aquel tiempo prisionero

llorando a su verde puerta

para que escape mi duelo

a tus manos de mar lento en  la arena

a tus brazos alegres entre el trigo

a tu acento orado en mi eco contigo.®

E. Ferreira Leonís



Al sol directa mi mirada

enciende el claro aliento del romero recostado

en la memoria de las campanas

calladas

mientras voy hollando

blanca la eternidad que asoma tras una pausa

entreabierta

a mi seducción siempre cómplice.®

E. Ferreira Leonís  


              Ermita de Ntra. Sra. de  los Remedios

                           Topas. Salamanca


Al pálpito de unas castañuelas suspiran tus ojos y el lamento de la luna, porque muere sola cada mañana, pasea por la calle Sacramento celoso del baile tatuado en el recuerdo que nos eleva.®

E. Ferreira Leonís  

Murales en la calle Sacramento de Zamora

Sangra la tierra ese sabor puro en la boca que reza horizontes lentos y los pies cansados amasan el orgullo de una herencia viva aún más allá.®

E. Ferreira Leonís  


Racimos de Villalcampo, Zamora.


La última calada de tu luz para ser olvido a los dos primeros suspiros con el otoño, como fugaz historia de amor.®

E. Ferreira Leonís  

                                                               
 Camino de La Hiniesta, Zamora.

Recoge una pausa para lograr la ingravidez. Invoca ese instante vagabundo que aprieta el corazón desinfectado. Escupe el vacío de tu boca, seca de néctar y grana. Hasta la próxima zanja y media vuelta, procura siempre la sombra al sol de la luna.®

E. Ferreira Leonís     

Cosmo Caixa. La Marina, Zamora.


Y cuando ha caído lo planeado por el puente –unas llaves, un sombrero, dos o tres penas,apenas  un suspiro, la moneda de la suerte y un amarre correoso-, el eco despierta entre sus pilares para inquietar al vagón ungido de óxido. En su bostezo pretérito levanto los ojos; con ellos rubrico mi rezo, en la soledad concitada por las huellas... sembradas antes de saltar.®

E. Ferreira Leonís       

Viaducto Martín Gil. Manzanal del Barco.





REQUIERO TU MIRADA

 

Sea cualquiera la distancia

es tu mirada

lo único que importa.

Puedo abanicar mil suspiros

sobre el ancho mar

breve en el horizonte,

bajo la noble montaña

aguda en el celaje,

desde el fresco alboroto de un niño

atizando mi pasado,

con el porqué de este dolor

preciso.

Pero es tu baile con mis palabras

el que desdibuja las olas

-elixir de tu dolor-

mientras el cielo augura la venganza

con su lamento desmayado

en las cumbres.

 ®

E. Ferreira Leonís       


                  Homenaje a Emilio Rodríguez  



Flirtean las horas, a su ritmo, con olor a mar, a sal amada por su escurridiza sustancia excitando mi saliva, pletórica de luz en la boca. Y en otro recuerdo, se rasga la plegaria del carbón como noche arrojadiza contra aquella leyenda de quemarse solo bajo el sol.®

 E. Ferreira Leonís         





El anzuelo de tu boca

despierta cada nervio lascivo

en esta piel indómita

de contrastes,

mientras envejece

nuestro sabor

sin más remedio.®

E. Ferreira Leonís       

                                                                                                            Contrastes II



Arrequedo todo el aire,

que embiste

mi castillo almidonado,

para tamizarlo en suspiro

y huir del romance

al caos de un verso

desprendido.®

E. Ferreira Leonís       





Cierto violáceo aroma de lavanda

anima al alba  el canturreo tímido

cuando remejiendo aquel viento límpido

entre amapolas y retamas anda.®

(…)

E. Ferreira Leonís       










Por aquel ventanuco

        de olvido, rancia

                 estrangula su luto

                            con roja savia

                 -sacudiendo mi recuerdo-

                 otra vida en este verso.
®

E. Ferreira Leonís       



   Calle Rúa de los Notarios, Zamora




®

          E. Ferreira Leonís





Los artistas resucitan cada día:
en vuelo de pinceladas,
atreviendo un verso,
sustanciando una forma,
cuando sus notas brillan;
y nunca más 
surcará aqueste oleaje
la misma caricia.
®
E. Ferreira Leonís       
(Ecce José Manuel Caballero Bonald y su «Anamorfosis»)



Porque has llegado
tengo que libar con mis ojos
tu luz.
Y si prefiero la umbría...
donde los pasos se pierden.
Y si estar perdida
es...
otro néctar.®
E. Ferreira Leonís       





He pintado con acuarela tu cielo
para que resalte la verdad
de mis flores: ocultar la herida
de una frontera
en los ojos que solo tienen sed
de lejanía.®

E. Ferreira Leonís



 


 

¡¿Qué reclamas al cielo?!

¡¿Qué exiges en esas manos que son rejas

cerradas a la luz de un rayo fugitivo?!

¡¿Por qué blandes tu gesto vacío

en duelo con el vuelo

de los vencejos?!

Has perdido el paso decisivo

en tu ilusión asentada

en pedestal incorrupto.

®


E. Ferreira Leonís       


"Manos cruzadas", Baltasar Lobo

--------

 

No quiero rendirme

al verdor de tu escampada.

Encaro la batalla

de otros tonos

para descaminar

sola

mi alrededor.
®

E. Ferreira Leonís       

 

 

"Contrastes I". E. Ferreira Leonís 



-----

Yergue su fragilidad la espiga

para ser lanza

que deshilache la cortina del horizonte

mientras el Duero, solemne,

orilla esta sutileza

lejana.®

E. Ferreira Leonís


----


Es para ti un acertijo mi paradero

porque reinventas la ilusión,

en un  baño de carmín de amapolas,

que será vapor de sueños pronto.

Las horas me acarician y te alcanzarán

a pesar de la indiferencia.

Solo yo perduro,

testigo de las ruinas en tu asombro.®

E. Ferreira Leonís


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Una sirena no entiende un artificio de aire en la catedral
y vuelve a confinarse en la verdad de la corriente
para no usar mascarilla.
®

E. Ferreira Leonís




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Así es cuando más me gustas, al atardecer
 cuando tu vigor se rinde porque espero
 el hechizo de la luna.
Pero los dos sabemos,
cómplices, que otro día será
y los pájaros cantarán...
solo bajo tu luz.
                        E. Ferreira Leonís


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